27 de octubre de 2008

ESTE AMOR ENCADENADO



En Alcalá de Henares a 12 de diciembre de 2004

DE LAS REFLEXIONES Y HECHOS TRAS LA LECTURA DEL CAPÍTULO XXII DEL QUIJOTE


Cuenta el dicho que no suele soñarse nada ilustre cuando el buche está vacío, pero Dios me libre de sueño alguno por ilustre que fuere que antes prefiero abordar el camastro de mi celda con las tripas vacías que correr riesgo de sufrir otra pesadilla como la que acontecióme la pasada noche, que no sé si por lo copioso de la cena o de tanto pollo en la dieta (que con plumas hemos de vernos más pronto que tarde) o quizás porque antes que me venciere el sueño anduve leyendo el Capítulo XXII del Quijote y tampoco debió caerme de buen grado la digestión de aquella lectura para mi sesera, o comoquiera que fuere una mezcla de todas las razones, soñé que en galeras cumplía sentencia y que, amarrado al duro asiento de una galera turquesa, braceaba sin aliento ni descanso uno de sus cien remos, que de no ser porque ensartado en cadenas al asiento me hallaba, en más de diez palmos me habría de levantar del banco aquel remo como si mi fuerza y mi peso no fueren más que los de un gorrión posado en él. Mas ello no era consuelo. La mar debía andar más que alborotada, pues cada golpe de ola parecía quererme dislocar los brazos del cuerpo, que de no ser porque en medio del golfo nos hallábamos hubiere jurado que aquello no eran olas sino toros bravos y sin más remedio para escapar dese tormento que el desfallecer de puro agotamiento y no sufrir así del látigo pues sin conciencia yaciera.

Por una vez recibí de buen gusto la odiosa saña con la que el carcelero aporrea el ferro de las puertas para el recuento, violando el silencio con tan temprana alevosía, que más que norma de prisiones o no sé qué vainas, mas bien parece tarea de quien ha madrugado de mala guisa y recibe gusto de despertar a los demás.
El caso fue que más alivio que sobresalto sentí al oír aquellos golpes que me sacaron de la galera con la mesma rapidez con que abrí los ojos, y tras largo rato inmóvil por el desconcierto, acometióme la certeza de que todo no era más que pesadilla y que seguía preso pero no en galeras, y que para mi fortuna no tendría el látigo amenazador del cómitre acechándome, ni las manos ardientes como ascuas, ni partes traseras doloridas como si las hubieren mordido lobos y que no tendría que lamentar mas que mi falta de libertad, sin más pesar que ese, que habida cuenta de tanto tormento de aquel sueño, casi me pareció un consuelo.


Aquella mañana salí al patio y, como todo preso que espera juicio y sentencia, más vueltas le di a la testa que al mesmo patio, con esa inquieta calma del que perdió ya cuenta de los meses preso, y que ni abogado ni procuradores saben dar fechas ni razones de tan larga espera, ni alivio de saber cómo saldrá uno parado de la causa.
Recordé entonces el capítulo leído que tan mala noche me dio y pensé en la libertad que dioles el Quixote a aquellos presos que a galeras marchaban, sin más juicio que el suyo propio, y deseé que el Juez que fuere a condenarme tuviere algo de Quijote en su alma, y que, como éste, no juzgara delito sólo por leyes escritas por gentes que sólo se ciñen a hechos sin valorar más circunstancia, como si esa balanza que dicen es la Justicia sólo pesara delito y no nobles causas que también las hubiere en vida de quienes juzgan, y que ojala por una vez tuviere a bien el juez poseer la indulgencia del Quijote, que indulgencia aplicada con justicia no es favor sino virtud.

Que bien sabe Dios que ya recibí escarmiento de mi delito. Que esta desesperación no es tanto por derrochar mis días entre estos muros sino por perder el amor de la mujer a la que amo, que no hay tormento más febril que el de caer preso y enamorado, y temo un día no encuentre respuesta a mis cartas por mi larga ausencia preso.

Dicen que los amores no son más que locura transitoria y que, como el Quijote, mueren cuando recuperan cordura, mas temo no recuperar jamás la mía si a la mujer que amo perdiere.

A mi novia Claudia

7 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Muy bien Cervant...,digo Tomás. Merece lectura meditada. La he saboreado con gusto y me ha hecho trabajar la sesera mesmamente.
Quiero MÁS.

pichiri dijo...

No voy a hacer mas que repetirte lo que te dije cuando me enseñaste el borrador y me digiste que tambien la habias mandado a concurso: "Esta tambiem se lleva el Premio" y como viste no me equivoqué en ninguna. Mis aciertos no son casualidad, lo que vale vale, seria terrible que la semilla de lo que podria llegar a ser un gran roble acabase apolillada en el fondo de una alecena.

Anónimo dijo...

Tomasín,
estoy petrificada por tanto arte que me envuelve ( o es embuelbe?).... me ha parecido exquisito! eres un artista....a ver si te vas enterando ya!

Otra de las cosas por las que me siento muy orgullosa es por formar parte de ese "elenco" de guapetonas que hay en esa foto.... me recuerda un montón de buenos momentos.... y encima! nuestra foto está por encima de los mismismos cabrera y txema rico! qué fuerte!

que te queremos mucho... ya lo sabes (con permiso de todas las mujeres del mundo mundial, claro está!)

espera a que se lo cuente a ana belén

Unknown dijo...

Visto que mi sugerencia sobre este maravilloso escrito a surtido efecto,ahì va otra peticiòn...estoy deseando que escribas ese de....LOS PUTOS GENES!!! que aunque no hayas escrito todavìa tienes muy bien estructurado en tu coc...ahora estructùralo en tu blog Tomàs...que promete risas mil.
Un beso talento!!!!

JuanRa Diablo dijo...

Dos semanas después...

Me aburro!!

Anónimo dijo...

hola buenas tardes me presento soy azafran y no he leido este blog pero parece interesante.

Pecosa dijo...

Pero bueno, por favor, ¡qué hermosura! ¡Muérete (otra vez) de envidia, Cervantes!

¿Siempre se te ha dado tan bien escribir? Porque por lo que veo, te has presentado a concursos varias veces. Ahora me dirás "es que soy escritor", ¡jajajaj!
...
¿Eres escritor?

En cualquier caso enhorabuena, el último párrafo me ha matao.